Estábamos a finales de Julio y mi padre, del vuelta de su viaje en bici por el Rin, se vino a pasar unos días de visita a Ginebra. La verdad es que durant
e los cuatro días que estuvo aquí hicimos un montón de planes, y todos buenos. De hecho mi padre, quizás para convencerse de que estamos bien aquí, no hacía más que repetirnos que Ginebra es un sitio ideal para vivir y que se estaba enamorando de la ciudad. Incluso decía temer que nos fuéramos a quedar aquí para siempre...
Esta vez pude organizar una visita al CERN a la que se vinieron mi padre y Calia. Un chaval cojonudo nos enseñó los entresijos del LHC, de los detectores ATLAS y AMS, de la granja de ordenadores LXPLUS, etc. Ellos se quedaron bastante impresionados y no dejaban de preguntarse si vale la pena tanto gasto, sobre todo cómo es posible que funcione algo tan complicado!!


El fin de semana hicimos un excursión preciosa por los montes de la orilla sur del lago. Rodeamos el Monte Cesar paseando primero pos bosques, luego por prados llenos de flores de colores, luego subiendo por una escalera sobre una pared de 20 metros, y por fin sobre las cumbres sobre el Lago Leman. Llevábamos una buena ensalada de pasta, pero sobre todo una buena botella de vino y hasta copas de plástico. Como dice Jose, en un sitio así el vino sabe mejor que el mejor vino en un restaurante.


Para rematar y justo antes de despedirnos, mi padre y yo nos levantamos a las 5:30 de la mañana para asistir a los conciertos del amanecer en los Baños de Paquis. Así que vimos salir el sol mientras escuchábamos ritmos y cantos africanos. Para rematar, nos metimos un desayuno de campeones, también en los Baños, antes de despedirnos para tres meses.
Lo dicho, una muy buena visita.
Esta vez pude organizar una visita al CERN a la que se vinieron mi padre y Calia. Un chaval cojonudo nos enseñó los entresijos del LHC, de los detectores ATLAS y AMS, de la granja de ordenadores LXPLUS, etc. Ellos se quedaron bastante impresionados y no dejaban de preguntarse si vale la pena tanto gasto, sobre todo cómo es posible que funcione algo tan complicado!!
El fin de semana hicimos un excursión preciosa por los montes de la orilla sur del lago. Rodeamos el Monte Cesar paseando primero pos bosques, luego por prados llenos de flores de colores, luego subiendo por una escalera sobre una pared de 20 metros, y por fin sobre las cumbres sobre el Lago Leman. Llevábamos una buena ensalada de pasta, pero sobre todo una buena botella de vino y hasta copas de plástico. Como dice Jose, en un sitio así el vino sabe mejor que el mejor vino en un restaurante.
Para rematar y justo antes de despedirnos, mi padre y yo nos levantamos a las 5:30 de la mañana para asistir a los conciertos del amanecer en los Baños de Paquis. Así que vimos salir el sol mientras escuchábamos ritmos y cantos africanos. Para rematar, nos metimos un desayuno de campeones, también en los Baños, antes de despedirnos para tres meses.
Lo dicho, una muy buena visita.
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